miércoles, 30 de diciembre de 2009

2009. Los lugares.



2009 comenzó allá, cerca del Paraná, y mateada frente al río pero en el coche , por la llovizna.

Lo mejor, lejos fueron la parrilitas del conurbano, algo de lo que Rosario carece. Recorridas de domingo por el segundo cordón, con mesas de plástico sin manteles y abundante parrillada, a veces con show- cumbiero- incluído.

Las terminales de micro desbordadas en los fines de semana largo.
Fueron las colas del cine en Belgrano y la rara sensación de una ciudad que te engulle.
La feria de Plaza Francia, los restorantes de Recoleta , sale con mixta de hjipiie y cheto. Y mucho garca por Quintana.
Fue el jazz en festival ( sólo porque te amo) y la milonga varias veces, donde se arrugan los escotes.
2009 me regaló un almuerzo en la calle Carriego, con unas milanesas sabrosas y caseras; y tus ojos .

Varios paseos por parque Centenario, discusiones mediante con algún improvisado opositor.

La reunión con bullicio y joda en El Cairo, el día que Eva cumplió tres veces años. Los choripanes inigualables de los compañeros.

El asombro y la bronca de los resultados de Junio.
Fue la noche larga esperando la Ley .

Fue San Telmo en verano y en invierno , expectante
a que llegue el tributo a Pocho La Pantera.
Conocer el Palmar , dormir , andar, soñar y todo a pesar de la gripe A ( viajamos justo el día que lo habían casi prohibido)

Ida y vuelta en el dia a La Lucila, almuerzo frente al mar. Como dos amantes escapados.

Pero además de las parrillas -te recuerdo que planeamos hacer el informe, como dios manda- el lugar que el 2009 me reservó para el parasiempre que atesoran los recuerdos, son los milímetros de distancia de sabernos juntos.

2 comentarios:

Juliancito dijo...

En el aspecto político, parece que vivimos lo mismo. Cuántos lugares.
Salute.

Udi dijo...

El amor, digamos...
2010 comenzó con brindis y canciones,
luego de la pausa, el mar.
Con asados, playa,
lecturas y caminatas.
¡Nos olvidamos los fogones!
Lunas, viento, ¡Ruidos de infantes!
Después, vino el viaje y el retorno.
Chacareras (porque te amo)
y parrilas...
(Que las hay, las hay)
Y un programa para Julio:
fogón a la orilla del río.
Vendrán amaneceres y tardes,
mates y milongas,
siestas inacabables.
La emoción del encuentro,
el saberse de la mano.
El amor, digamos...