
Se despenalizó la tenencia, se descriminalizó a quien consume, porque este hecho atañe a la vida privada, Por tanto, si alguien drogado llega a una fiscalía no es merecedor de la carcel sino de un tratamiento.
El tema pasa por los ámbitos de consumo: quienes salen de la facultad, de la función de cine independiente, quienes se reúnen en una casa para festejar , o se encuentran en un fogón en una playa de Gesell, guitarra en mano (¿ seguirán existiendo esas prácticas?) pueden fumarse un porro y disfrutar sin mayores consecuencias. Seguirán mañana con sus clases o su laburo o su familia. Con una vida y una construcción.
Para quien llega a la droga a los nueve años y no tiene vida que retomar, ni clases, ni fogones, ni laburo; para los que no saben ni donde se despiertan y las madres se gastan en un tour de remis lo poco que ganaron en el día, buscándolos por las villas o barrios de los alrededores. Y entonces esas mujeres no saben qué hacer, son asesoradas por la cana, la única institución que encuentran para recurrir. Suelen ser aconsejadas para que ellas mismas denuncien a los pibes , que entonces son encarcelados o internados en algún lugar en el que nada se logra cambiar.Un depósito de almas perdidas, un trámite más.
Por eso ya que damos este paso adelante y la sentencia se presta para la broma y el festejo de los que salen de la facu o de la reunión de amigos , demos otros muchos más, que en ciertos ámbitos falta bastante por hacer.
Necesitamos presencia estatal que de respuesta y guíe a familia y maestros
Necesitamos institucionalizar y legalizar esa asesoría, que no quede en intentos pilotos o secretarías inventadas por algún gobierno de turno.
Se necesita la construcción de un sistema de salud que salve , que salve , que salve y ayude a nuestros pibes. Profesionales bien pagos que no se tomen dicho esfuerzo como pasaje o un renglón del currículum , sino como meta.
Si todos sabemos dónde se vende y dónde se consigue, estaría bueno terminar con los tranzas, la cana corrupta y el aparatejo que los cobija. Suena imposible.
Para el adicto burgués existen los mejores centros de avanzada. Para el villero, con suerte, un reformatorio .
Junto con la ley, por favor, los mejores lugares de rehabilitación, y las mejores instiuciones para los barrios pobres.
Tengo la leve sensación que el flaco inteligente, con su discurso de derecha o de izquierda y sus neuronas trabajando a pleno, ve la vida de un pibe chorro y la lee por Crónica , alimenta un mito de la fauna conurbana. Pero ojo, esta es apenas mi humilde sensación.