jueves, 25 de agosto de 2011

De Narvaez y su obsesión por el fraude

Para las legislativas del 2009 sonaba un comercial donde algunos jovenes de castaño a rubios gritaban "Que no te roben los votos". Más de una noticia giraba en torno a la posibilidad de fraude, amplificando y reproduciendo los dichos del colorado que a toda costa instalaba el tema :

De Narváez: "El fraude, si se comete, tiene nombre y apellido"

 Martes 23 de junio de 2009 | 23:21

De Narváez: "Estoy muy preocupado por el fraude"

Domingo 31 de Mayo de 2009

En estas y en otras noticias del 2009, aunque para muestra baste un botón, De Narvaez adjudica una victoria fraudulenta si es Kirchnerista y totalmente ascéptica si es propia. La realidad fue otra y la sombra del fraude se desvaneció. 


Ahora el candidato vuelve sobre el tema del fraude:

La oposición cuestiona el escrutinio electoral

y sigue con que hubo diferencias entre los telegramas y lo fiscalizado, sólo que en esta oportunidad los valores contundentes de la victoria de la presidenta no permiten instalar esta teoría en primera plana . 

Sus copartidarios , en cambio, son más sinceros y se les escapa lo que entre bambalinas se habrían propuesto: 

Momo Venegas: "Hay que demostrarle a la gente que hubo fraude en las primarias"

 

Escribo esto y en la radio se  habla, no sin una risa burlona, sobre la teoría de un gran fraude de millones de votos.

Me permito una duda:  De Narvaez proclamaba su preocupación por el engaño en el 2009, cuando de golpe  su figura se tornó victoriosa gracias a un fabuloso trabajo mediático  pero cuya actuación fue políticamente  pobre e intrascendente  ¿Un milagro? Y a la vista de esta general victoria K  , me pregunto ...¿Y si el aparato fraudulento lo aportaron ellos? 

 


 

 




3 comentarios:

Daniel dijo...

Alica-Alicate debería preocuparse por su relación con Segovia, el capo narco, barrida abajo de la alfombra.

Daniel dijo...

Y ya que está, se hubiera preocupado por los 3.500 trabajadores de Norte que dejó en la calle.

paola dijo...

Cierto Daniel, un favorcito que le debe a algún juez amigo y al monopolio, que lo mantiene en stand by.