miércoles, 8 de julio de 2009

El cura de mi barrio.


En mi barrio, el cura de la parroquia es solidario con sus fieles, reparte sonrisas y palmadas en el hombro de quien necesita apoyo. Y rezos para los desocupados y enfermos.
Le preocupa más el flagelo del kirchnerismo que la pobres y las villas ( para eso está Cáritas) Lo angustia la soberbia de Cristina pero calla sobre los torturadores de la dictadura.
Firme repudia el aborto, sin perder oportunidad, pero pasa por alto los miles de caso de violencia infantil o maltrato hacia las mujeres, no he visto ningún cartel protegiendo a las miles de chicas que mueren por abortar en condiciones inapropiadas y clandestinas.
Pidió el diálogo y el famoso consenso con el campo cuando aquellos desplegaron su poder nefasto victimizándose en las rutas , cuatro por cuatro de por medio.
Al cura de mi barrio le importa un pito la democracia, la lucha, la pobreza . En ese sentido tiene línea directa con la Legrand.

A sus fieles más jóvenes los prepara para que organicen las fiestas patronales. Y ellos se sienten felizmente comprometidos y útiles . Tan útiles como ha sido la Iglesia en todos estos siglos.

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