jueves, 10 de febrero de 2011

El poeta, la madre ramera de un diario y el campo.

 ¿Qué decís vos cuando leés en La Nación  , respecto de las empresas rurales y el trabajo esclavo...

  [acá ]En cada lote sembrado la producción del polen indeseado no dura más que de 15 a 20 días, por lo cual el trabajo de los grupos de trabajadores tiene una duración muy limitada[....]Se explica entonces dada la condición de trabajo temporario, que las condiciones de habitación de estos trabajadores no dispongan de las comodidades habituales en el trabajo rural permanente: se alojan en casillas transportables o carpas especiales; reciben agua potable, comida y normas de seguridad de higiene y seguridad según disposiciones vigentes; salarios en blanco y cargas sociales conforme a la ley, con herramientas de trabajo a cargo de las empresas. Sin perjuicio de tratarse de una labor exigente, nada justifica las calificaciones de tal infierno laboral.

¿NO DECÍS  " ...PERO QUÉ HIJOS DE MIL PUTAS!!!"?
Esto, es lo que decía José Hernandez con mejor pluma ,claro,  al respecto del maltrato rural allá por 1872. He encontrado tristes paralelismos.
(Fierro es llevado a la fuerza a  los cuarteles del desierto pampeano)
Del sueldo nada les cuento,
porque andaba disparando;
nosotros de cuando en cuando
solíamos ladrar de pobres:
nunca llegaban los cobres
que se estaban aguardando.

Y andábamos de mugrientos
que el mirarnos daba horror;
les juro que era un dolor
ver esos hombres,!por cristo!
en mi perra vida he visto
una miseria mayor.

Yo no tenía ni camisa
ni cosa que se parezca;
mis trapos solo pa yesca
me podían servir al fin...
no hay plaga como un fortín
para que el hombre padesca.

Poncho, jergas, el apero,
las prenditas, los botones,
todo, amigo, en los cantones
jué quedando poco a poco;
ya me tenían medio loco
la pobreza y los ratones.

Sólo una manta peluda
era cuanto me quedaba
la había agenciao a la tabla
y ella me tapaba el bulto;
yaguané que alli ganaba
no salía... ni con indulto. 
 .............................
( en relación al pulpero que les vendía -en trueque- a la peonada)
Y cáibamos al cantón
con los fletes aplastaos,
pero a veces medio aviaos
con plumas y algunos cueros,
que pronto con el pulpero
los teníamos negociaos.

Era un amigo del jefe
que con un boliche estaba;
yerba y tabaco nos daba
por la pluma de avestruz,
y hasta le hacía ver la luz
al que un cuero le llevaba.

Solo tenía cuatro frascos
y unas barricas vacías,
y a la gente le vendía
todo cuanto precisaba...
algunos creiban que estaba
allí la proveduría.

¡Ah, pulpero habilidoso!
nada le solia faltar.
¡ahijuna!, para tragar
tenía un buche de ñandú;
la gente le dió en llamar
-el boliche de virtú.-

Aunque es justo que quien vende
algún poquito muerda,
tiraba tanto la cuerda
que, con sus cuatro limetas
el cargaba las carretas
de plumas, cueros y cerda. 



2 comentarios:

Sujeto dijo...

E X C E L E N T E, Paola.
Más allá que el Martín Fierro conserva vigencia por haberse convertido en un monumental clásico, también es vigente porque la injusticia sigue siendo la misma.
Un Abrazo

Paola dijo...

Gracias Sujeto. Muchos dicensobre el tema ; como justificando: "esto sucede hace mucho" pero hace mucho que además de padecerlo, lo denunciamos.