lunes, 13 de diciembre de 2010

(Recuérdenle a Mauricio que él es hijo de inmigrante.)

Desde que la noticia se titula "Toman predio público"  o "Guerra de vecinos" y no "Mueren cuatro personas asesinadas" algo está fallando en la percepción de la realidad. O se quiere transmitir una realidad cosntruída.
Porque cuando las personas son señores regresando en un coche a su casa de San Isidro, el título amerita la palabra "asesinato".

 Así presentado el titular,  hecho a medida para  "las gentes de bien"- esas cuyos padres fueron muy pobres pero nunca se les ocurrió robar-, esa gente lee eso y se regodea pensando que si los negritos fueron muertos, algo habrán hecho: ocupar un lugar público es un delito. Mauricio, desde su brutalidad sin filtro -brutalidad de brutito, no de sinceridad- acrecienta ese pensamiento porque además,hace notar, eran inmigrantes.


Como la errónea alimentación en una mascota o un tutor demasiado endeble, si la información nace torcida, genera miradas torcidas. Actitudes torcidas.

Vale la pena hacer circular alguna información relevante, para que quede en claro que lo de los vecinos ocupantes es protesta, no vagancia, ni mafia, ni corredores narcos: ¡Se usa tanto la imaginación para justificar el odio!

Muchas personas dentro de la villa trabajan, se educan , tienen actividades culturales. Salen de su barrio y hacen la misma vida que cualquier hijo de vecino. Pero muchos de ellos , con sus escasos haberes o sus trabajos en negro no pueden acceder a un crédito, porque las condiciones son excluyentes, hasta a veces para quienes tenemos un título o profesión. Pagan dentro de la villa, alquileres de entre 400 y 700 pesos . O más. Lo que necesitan esas familias son accesos genuinos a la vivienda, que el sistema les imposibilita; no reclaman , como dicen las señoras coquetas de Belgrano , una casa de regalo, sino la posibilidad de acceder. A muchos de la llamada clase media, esa facilidad les nace de los bienes intrafamiliares : las casas heredadas, los dineros a préstamos, la primera vivienda como trampolín para aquella permanente, pero sus características o costumbres laborales no suelen ser tan distintas a las de los hombres o mujeres que habitan la villa.Y ni hablar de los consumos. 


Es el traspié de la posibilidad. La marca, la barrera.
Estos, piden por 30 metros cuadrados para vivir con dignidad; porque sus hijos tienen , o debieran tener,  los mismos derechos que tienen los descendientes de aquellos que recibieron miles de hectáreas de tierras , también públicas , y que hoy  miran al Indoamericano horrorizados desde los plasmas de sus palacetes en la avenida Alvear.

Recuérdenle a Mauricio que esos bolitas o paraguayos ,también trabajan como lo hizo su papá, hoy devenido en millonario gatero, pero no tienen tanta suerte- o tan pocos escrúpulos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es lamentable eso es lo que sucede cuando se dejan las necesidades a la deriva .Se pierde presencia y se la pretende recuperar a los tiros, o a traves de los favores de patotas
H. G

Udi dijo...

¡Qué buena mirada!: "Como la errónea alimentación en una mascota o un tutor demasiado endeble, si la información nace torcida, genera miradas torcidas. Actitudes torcidas."
Gracias por expresar tan bien el origen de la manipulación y la apelación al racismo más rastrero.
Besos

Paola dijo...

Señor h.g. gracias por comentar
Udi, gracias a Ud. ( por todo)