miércoles, 30 de marzo de 2011

El paso de Clarín por una escuela y su proselitismo

Que una escuela decida llamar a la fundación Noble para brindar talleres en esto momentos no es inocente

Que el docente que está acompañando  no interrumpa a la señora conferenciante para aclararle que conflictos gremiales han habido muchos y peores, que muchas veces no sólo no salió un diario sino que no se dictó clase, que se cortaron por 90 días las rutas del país, que muchas veces se quedaron los hospitales sin recursos o las escuelas sin gas, y que de eso Clarín no  hizo una tragedia mundial -es más ,  lo ignoró o lo apañó- tampoco es ingenuo.
(Debería saber la escuela que la presidenta de esa fundación viene, entre otras mierdecillas, escamoteando, escondiendo la verdadera identidad de personas que robó).

Y tampoco es casual que la señora conferenciante venga a comentar que  San Martín, lugar donde nos ubicamos , está rodeado de 28 villas.

 Y mucho menos casual es que hayan elegido una noticia sobre la urbanización de las villas, foco de la delincuencia, dice la señora representante de la fundación , y eso es responsabilidad del gobierno(enfáticamente afirma)

 Esta escuela es un establecimiento privado,el grupo Clarín explaya su andamiaje de mentiras porque en general recibe aceptación Pero la fundación asiste dando estos talleres a toda clase de escuelas, públicas también, y dentro del partido , apadrina a una, creo es a la  número 11.
 Desconozco si en todas dan esta clase de discurso , de lavado de cabeza derechista que fecunda rápidamente en los pichones de garcas.
 Pero en otros chicos, en algunos pocos que leen la realidad con los ojos abiertos , produce el efecto  por ellos menos deseado y es ese  cercano a la repulsa, ese dificil ya de olvidar o de revertir y del que no se vuelve.

martes, 29 de marzo de 2011

La Iglesia y estas personalidades están consternadas con el bloqueo a Clarín

Repudia el hecho la iglesia
Se olvida de repudiar la trata sexual, la pedofilia de sus pastores, de expulsar y enjuiciar a los curas asesinos. La iglesia apaña todo eso.
(Siempre del lado de los poderosos, por algo duró dos mil años)
La iglesia no repudia el avasallamiento de  los derechos de los laburantes, ni intercede por ellos.
La iglesia carga con demasiado demonio por eso tiene que avenirse a sus múltiples  santos.


Tambièn las siguientes personalidades políticas e instituciones están "francamente horrorizadas"( así lo expresó Lilita a la secretaria del solarium al que concurre)


Danielito Scioli 
Silvana Giudici
Federico Pinedo y Paula Bertol del PRO; 
Gustravo Ferrari y Eduardo Amadeo del Peronismo Federal;
Patricia Bullrich y María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica) 
 Ricardito Alfonsin 
Ricardito Gil Lavedra

Otros alineados ¿artistas? que expresaron su apoyo al multimedio:

Guillermo Franchella
Zulma Faiad
Trapero
Adrian Suar
Emilio Disi ( Doris del Valle también?)

Desde este blog también estamos preocupados por la presencia de Messi en el partido de hoy. 

miércoles, 23 de marzo de 2011

SORIANO Y LA MEMORIA

Artículo Página 12, 24/03/96.
 {......}Me viene a la memoria la cara de Videla, aplaudido en cines y estadios. La pesada ausencia de Conti, de Paco Urondo, Vicky Walsh, caída en combate pocos meses antes que su padre. Yo estaba vagamente enamorado de Vicky aunque ella no lo supiera.

De modo que no puedo escribir sin odio. Mataron a treinta mil jóvenes y a algunos viejos, guerrilleros o no. Destruyeron la educación, los sindicatos combativos, la cultura, la salud, la ciencia, la conciencia. Desterraron la solidaridad, el barrio, la noche populosa. Prohibieron a Einstein y a Gardel. Abrieron autopistas y llenaron de cadáveres los cimientos del país; dejaron una sociedad calada por el terror que en estos días asoma en el juicio de Catamarca. Somos al mismo tiempo el testigo que se desdice y la valiente monja Pelloni. Somos el juez iracundo, el abogado gordo y el tipo al que retaron por estar con las manos en los bolsillos. ¿Acaso no fue la dictadura, su largo brazo estirado a través del tiempo, la que mató a María Soledad? ¿No es el Proceso que sigue asesinando pibes, asustando, castrando por procuración?


En esos años vergonzosos se impusieron los valores del éxito a cualquier costo por sobre la idea de felicidad compartida. El plan de aniquilamiento desató por su propia lógica una guerra a la vez humillante y absurda. Eso dejaron. Un escenario vacío y oscuro que había que tomar en silencio. No quedaban civiles armados en 1983; sólo conciencias heridas y una pena infinita. Lo curioso para quien volvía del extranjero era que la gente había enterrado definitivamente a Perón, se inclinaba por un abogado de Chascomús que antes le había propuesto a Videla un pacto cívico-militar y después impulsó un acuerdo radical-menemista.

Lo que pasó en las almas de los argentinos entre 1976 y 1983 es todavía un enigma. Los veinte años que hemos vivido después fueron una sucesión de avances y retrocesos, de incógnitas abiertas. Sé que hay mil hipótesis y las he escuchado todas. ¿Fue cielo alguna vez la tierra que se convirtió en infierno? No lo sé, los abuelos de nuestros padres decían que sí. Sin embargo no hay razón para creer en viejas fábulas. Hoy tenemos otras. Cuentos de príncipes y cenicientas, héroes con amnesia, sobrevivientes perplejos, chicos que no se rinden. ¿Por qué habrían de hacerlo si lo que está en juego es su futuro? Acaso a ellos les espera una gran aventura republicana, pacífica y fraternal. No se trata de una nueva ideología. Ni siquiera de cambiar la historia. Simplemente decirle no al olvido y levantar las viejas banderas de Mayo, las que alguna vez hicieron de este país una Nación rebelde y orgullosa.

Es para vos, porque sé que lo admirás tanto.... 

jueves, 17 de marzo de 2011

Se autorizó a la extracción de material genético a los hijos de Ernestina

Con y sin consentimiento.

Chapó!

Ni sierva, ni sirvienta. Un cuento imprescindible : La Fiesta Ajena

Es un ícono para mí, una joyita, una pequeña obra de arte y por qué no de lucha. Tómense su tiempo para leerlo por favor. Su autora es Liliana Hecker, una SEÑORA de las letras contemporáneas. 


"Nomás llegó, fue a la cocina a ver si estaba el mono. Estaba y eso la tranquilizó: no le hubiera gustado nada tener que darle la razón a su madre. ¿Monos en un cumpleaños?, le había dicho; ¡por favor! Vos sí que te creés todas las pavadas que te dicen. Estaba enojada pero no era por el mono, pensó la chica: era por el cumpleaños.
—No me gusta que vayas —le había dicho—. Es una fiesta de ricos.
—Los ricos también se van al cielo—dijo la chica, que aprendía religión en el colegio.
—Qué cielo ni cielo —dijo la madre—. Lo que pasa es que a usted, m'hijita, le gusta cagar más arriba del culo.
A la chica no le parecía nada bien la manera de hablar de su madre: ella tenía nueve años y era una de las mejores alumnas de su grado.
—Yo voy a ir porque estoy invitada —dijo—. Y estoy invitada porque Luciana es mi amiga. Y se acabó.
—Ah, sí, tu amiga —dijo la madre. Hizo una pau­sa—. Oíme, Rosaura —dijo por fin—, ésa no es tu amiga. ¿Sabés lo que sos vos para todos ellos? Sos la hija de la sirvienta, nada más.
Rosaura parpadeó con energía: no iba a llorar.
—Callate —gritó—. Qué vas a saber vos lo que es ser amiga.
Ella iba casi todas las tardes a la casa de Luciana y preparaban juntas los deberes mientras su madre hacía la limpieza. Tomaban la leche en la cocina y se contaban secretos. A Rosaura le gustaba enormemente todo lo que había en esa casa. Y la gente también le gustaba.
—Yo voy a ir porque va a ser la fiesta más hermosa del mundo, Luciana me lo dijo. Va a venir un mago y va a traer un mono y todo.
La madre giró el cuerpo para mirarla bien y ampulosamente apoyó las manos en las caderas.
—¿Monos en un cumpleaños? —dijo—. ¡Por favor! Vos sí que te creés todas las pavadas que te dicen.
Rosaura se ofendió mucho. Además le parecía mal que su madre acusara a las personas de mentirosas simplemente porque eran ricas. Ella también quería ser rica, ¿qué?, si un día llegaba a vivir en un hermoso palacio, ¿su madre no la iba a querer tampoco a ella? Se sintió muy triste. Deseaba ir a esa fiesta más que nada en el mundo.
—Si no voy me muero —murmuró, casi sin mover los labios.
Y no estaba muy segura de que se hubiera oído, pero lo cierto es que la mañana de la fiesta descubrió que su madre le había almidonado el vestido de Navidad. Y a la tarde, después que le lavó la cabeza, le enjuagó el pelo con vinagre de manzanas para que le quedara bien brillante. Antes de salir Rosaura se miró en el espejo, con el vestido blanco y el pelo brillándole, y se vio lindísima.
La señora Inés también pareció notarlo. Apenas la vio entrar, le dijo:
—Qué linda estás hoy, Rosaura.
Ella, con las manos, impartió un ligero balanceo a su pollera almidonada: entró a la fiesta con paso firme. Saludó a Luciana y le preguntó por el mono. Luciana puso cara de conspiradora; acercó su boca a la oreja de Rosaura.
—Está en la cocina —le susurró en la oreja—. Pero no se lo digas a nadie porque es un secreto.
Rosaura quiso verificarlo. Sigilosamente entró en la cocina y lo vio. Estaba meditando en su jaula. Tan cómico que la chica se quedó un buen rato mirándolo y después, cada tanto, abandonaba a escondidas la fiesta e iba a verlo. Era la única que tenía permiso para entrar en la cocina, la señora Inés se lo había dicho: 'Vos sí pero ningún otro, son muy revoltosos, capaz que rompen algo". Rosaura, en cambio, no rompió nada. Ni siquiera tuvo problemas con la jarra de naranjada, cuando la llevó desde la cocina al comedor. La sostuvo con mucho cuidado y no volcó ni una gota. Eso que la señora Inés le había dicho: "¿Te parece que vas a poder con esa jarra tan grande?". Y claro que iba a poder: no era de manteca, como otras. De manteca era la rubia del moño en la cabeza. Apenas la vio, la del moño le dijo:
—¿Y vos quién sos?
—Soy amiga de Luciana —dijo Rosaura.
—No —dijo la del moño—, vos no sos amiga de Luciana porque yo soy la prima y conozco a todas sus amigas. Y a vos no te conozco.
—Y a mí qué me importa —dijo Rosaura—, yo vengo todas las tardes con mi mamá y hacemos los deberes juntas.
—¿Vos y tu mamá hacen los deberes juntas? —dijo la del moño, con una risita.
— Yo y Luciana hacemos los deberes juntas —dijo Rosaura, muy seria.
La del moño se encogió de hombros.
—Eso no es ser amiga —dijo—. ¿Vas al colegio con ella?
—No.
—¿Y entonces de dónde la conocés? —dijo la del moño, que empezaba a impacientarse.
Rosaura se acordaba perfectamente de las palabras de su madre. Respiró hondo:
—Soy la hija de la empleada —dijo.
Su madre se lo había dicho bien claro: Si alguno te pregunta, vos le decís que sos la hija de la empleada, y listo. También le había dicho que tenía que agregar: y a mucha honra. Pero Rosaura pensó que nunca en su vida se iba a animar a decir algo así.
—Qué empleada—dijo la del moño—. ¿Vende cosas en una tienda?
—No —dijo Rosaura con rabia—, mi mamá no vende nada, para que sepas.
—¿Y entonces cómo es empleada? —dijo la del moño.
Pero en ese momento se acercó la señora Inés haciendo shh shh, y le dijo a Rosaura si no la podía ayudar a servir las salchichitas, ella que conocía la casa mejor que nadie.
—Viste —le dijo Rosaura a la del moño, y con disimu­lo le pateó un tobillo.
Fuera de la del moño todos los chicos le encantaron. La que más le gustaba era Luciana, con su corona de oro; después los varones. Ella salió primera en la carrera de embolsados y en la mancha agachada nadie la pudo agarrar. Cuando los dividieron en equipos para jugar al delegado, todos los varones pedían a gritos que la pusieran en su equipo. A Rosaura le pareció que nunca en su vida había sido tan feliz.
Pero faltaba lo mejor. Lo mejor vino después que Luciana apagó las velitas. Primero, la torta: la señora Inés le había pedido que la ayudara a servir la torta y Rosaura se divirtió muchísimo porque todos los chicos se le vinieron encima y le gritaban "a mí, a mí". Rosaura se acordó de una historia donde había una reina que tenía derecho de vida y muerte sobre sus súbditos. Siempre le había gustado eso de tener derecho de vida y muerte. A Luciana y a los varones les dio los pedazos más grandes, y a la del moño una tajadita que daba lástima.
Después de la torta llegó el mago. Era muy flaco y tenía una capa roja. Y era mago de verdad. Desanudaba pañuelos con un solo soplo y enhebraba argollas que no estaban cortadas por ninguna parte. Adivinaba las cartas y el mono era el ayudante. Era muy raro el mago: al mono lo llamaba socio. "A ver, socio, dé vuelta una carta", le decía. "No se me escape, socio, que estamos en horario de trabajo".
La prueba final era la más emocionante. Un chico tenía que sostener al mono en brazos y el mago lo iba a ha­cer desaparecer.
—¿Al chico? —gritaron todos.
—¡Al mono! —gritó el mago.
Rosaura pensó que ésta era la fiesta más divertida del mundo.
El mago llamó a un gordito, pero el gordito se asustó enseguida y dejó caer al mono. El mago lo levantó con mucho cuidado, le dijo algo en secreto, y el mono hizo que sí con la cabeza.
—No hay que ser tan timorato, compañero —le dijo el mago al gordito.
—¿Qué es timorato? —dijo el gordito.
El mago giró la cabeza hacia uno y otro lado, como para comprobar que no había espías.
—Cagón —dijo—. Vaya a sentarse, compañero.
Después fue mirando, una por una, las caras de todos. A Rosaura le palpitaba el corazón.
—A ver, la de los ojos de mora —dijo el mago. Y to­dos vieron cómo la señalaba a ella.
No tuvo miedo. Ni con el mono en brazos, ni cuando el mago hizo desaparecer al mono, ni al final, cuando el mago hizo ondular su capa roja sobre la cabeza de Rosaura, dijo las palabras mágicas... y el mono apareció otra vez allí, lo más contento, entre sus brazos. Todos los chicos aplaudieron a rabiar. Y antes de que Rosaura volviera a su asiento, el mago le dijo:
—Muchas gracias, señorita condesa.
Eso le gustó tanto que un rato después, cuando su madre vino a buscarla, fue lo primero que le contó.
—Yo lo ayudé al mago y el mago me dijo: "muchas gracias, señorita condesa".
Fue bastante raro porque, hasta ese momento, Rosaura había creído que estaba enojada con su madre. Todo el tiempo había pensado que le iba a decir: "Viste que no era mentira lo del mono". Pero no. Estaba contenta, así que le contó lo del mago.
Su madre le dio un coscorrón y le dijo:
—Mírenla a la condesa.
Pero se veía que también estaba contenta.
Y ahora estaban las dos en el hall porque un momen­to antes la señora Inés, muy sonriente, había dicho: "Espérenme un momentito".
Ahí la madre pareció preocupada.
—¿Qué pasa? —le preguntó a Rosaura.
—Y qué va a pasar —le dijo Rosaura—. Que fue a buscar los regalos para los que nos vamos.
Le señaló al gordito y a una chica de trenzas, que también esperaban en el hall al lado de sus madres. Y le explicó cómo era el asunto de los regalos. Lo sabía bien porque había estado observando a los que se iban antes. Cuando se iba una chica, la señora Inés le regalaba una pulsera. Cuando se iba un chico, le regalaba un yo-yo. A Rosaura le gustaba más el yo-yo porque tenía chispas, pero eso no se lo contó a su madre. Capaz que le decía: "Y entonces, ¿por qué no le pedís el yo-yo, pedazo de sonsa?". Era así su madre. Rosaura no tenía ganas de explicarle que le daba vergüenza ser la única distinta. En cambio le dijo: —Yo fui la mejor de la fiesta.
Y no habló más porque la señora Inés acababa de entrar en el hall con una bolsa celeste y una bolsa rosa.
Primero se acercó al gordito, le dio un yo-yo que había sacado de la bolsa celeste, y el gordito se fue con su mamá. Después se acercó a la de trenzas, le dio una pulsera que había sacado de la bolsa rosa, y la de trenzas se fue con su mamá.
Después se acercó a donde estaban ella y su madre. Tenía una sonrisa muy grande y eso le gustó a Rosaura. La señora Inés la miró, después miró a la madre, y dijo algo que a Rosaura la llenó de orgullo. Dijo:
—Qué hija que se mandó, Herminia. Por un momento, Rosaura pensó que a ella le iba a hacer los dos regalos: la pulsera y el yo-yo. Cuando la señora Inés inició el ademán de buscar algo, ella también inició el movimiento de adelantar el brazo. Pero no llegó a completar ese movimiento.
Porque la señora Inés no buscó nada en la bolsa celeste, ni buscó nada en la bolsa rosa. Buscó algo en su cartera.
En su mano aparecieron dos billetes. —Esto te lo ganaste en buena ley—dijo, extendiendo la mano—. Gracias por todo, querida.
Ahora Rosaura tenía los brazos muy rígidos, pegados al cuerpo, y sintió que la mano de su madre se apoyaba sobre su hombro. Instintivamente se apretó contra el cuerpo de su madre. Nada más. Salvo su mirada. Su mirada fría, fija en la cara de la señora Inés.
La señora Inés, inmóvil, seguía con la mano exten­dida. Como si no se animara a retirarla. Como si la perturbación más leve pudiera desbaratar este delicado equilibrio."




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martes, 15 de marzo de 2011

SABINA y LA LEY DE MEDIOS , y LOS K y VARGAS LLOSA y la ROSTITO

Claro que es un ídolo, podría postear miles de cancionespoesías de él para justificar mi elección. Pero si algo me faltaba para admirarlo aún más fueron estas declaraciones  sobre la ley de medios y el VargasLlosagate (abajo en el video) Además la entrevista concluyó hablando sobre Argentina :
  “con Argentina aún tenemos una relación de amantes, no nos hemos casado todavía, no nos hemos aburrido y por suerte, todavía, no me duele la cabeza a la hora de coger”, sentenció.

sábado, 5 de marzo de 2011

"....rodeado de villas..."

Muchísimas veces escuché describir  mi lugar así  "San Martín está rodeado de villas..."

(Vaya parámetro que  se  utiliza para medir a una ciudad en su bienestar o pujanza.)

Se me ocurrió el  post  porque un comentarista en este blog dudaba  sobre la veracidad de las estadísticas -  las desestimaba- y usaba como medida la existencia o no de villas miseria cerca de la ciudad en cuestión.

Visto así, si a la aristocrática San Isidro le agregamos unas cuantas villas más, dejaría de tener el estatus que tiene ahora, por ejemplo. Su  plaza principal perdería su armoniosa  belleza  sólo porque por ella habría más "tráfico" de negritos.Y los shoppings , las iglesias, los clubes náuticos., su colonial centro comercial, ya no serían lo mismo, porque estaría rodeado de villas...

No hago una apología de las villas, no; cualquier persona debería tener el acceso a la vivienda digna, palacio o monoambiente, pero con las comodidades básicas.Una villa no las tiene.

El problema es la mirada de los otros, o sea de nosotros, los que estamos afuera ( pero rodeados) :
Circulan por mail, cadenas maldiciendo la política del gobierno de otorgar créditos a las familias para acceder a una vivienda y erradicar las villas miserias.(click para ver algunos)

Pero entonces,  esa clase media desaprobadora de todo¿qué quiere? si los planes y la ayuda, no; si la presencia de los barrios pobres tampoco: ¿Entonces  qué? 
¿ Les echamos kerosene ? ¿ Hasta acá les dio la cabeza a para pensar? Vendría bien un poco de sensatez ( ni siquiera les pido solidaridad)  de dejar la necedad y entender dos cosas básicas.
  • La primera es que el núcleo duro de la pobreza, esa acarreada por siglos y que ahora se ve de cerca- Oh! casi en nuestros barrios, dirán algunos- no se soluciona sin asistencia estatal. No los salva la caridad ni las ong, ni unicef ni un sol para los niños  .
  • La segunda  y la más  importante es que en la Villa circulan además de paco y armas, que tanto se nombran en las noticias,  amores, amistades, odios, esperanzas. Como en San Isidro. 
  Lo digo con entendimiento de causa, porque verán," San Martín está rodeado de villas."