
Si el ministro Pro, Esteban Bullrich, con su corrección política y su palabra que acierta conformar a una sociedad tilinga pero cool, sancionará a la directora que estuvo pidiendo durante cinco años la reparación del sistema de gas de la escuela que gestiona, cuál es el castigo que se corresponde con la desidia de esta gente?
Pareciera, que para cierto discurso bien avenido todos son motochorros o piqueteros, que los trapitos son asesinos o los limpiavidrios criminales seriales, y que sólo escapan a estas clasificaciones si los pobres son decentemente callados, atados , amordazados, domesticados.
Si los pibes comen fría la comida o se congelan en las aulas, no interesa tanto como repavimentar San Telmo, o poner bellas las plazas. O la función del Colón. El caos es producido por un "ellos",desacatado, que se empeña en no aguantar con hidalguía el sufrimiento.
Pareciera, también, que para los medios hegemónicos, vale el piquete del puente Gualeguaychú pero no el de estos chicos, atorrantitos, zurditos, quilomberos. Unos se envenenan, los otros se congelan.
Pareciera que la protesta es válida si viene sobre cuatro por cuatro o con cacerolas .
Mi solidaridad con la directoria María Sorace, no se si vale mucho o poco este apoyo. La vi en la entrevista de c5N, soportar con hidalguía y coherencia la estupìdez con que una periodista ,más cerca de la peluquería que de la biblioteca, la abordaba. No la conozco , me basta ser docente y haberla escuchado enfrentar lo instituído y las bicicleteadas.
Mi solidaridad, porque además se huele ese tufo a guiso podrido cuando las voces se levantan desde abajo y entonces, alegando buenas formas, se las pretende ensuciar. Y silenciar.