miércoles, 26 de agosto de 2009

Falta mucho para festejar de verdad, pibe.


Se despenalizó la tenencia, se descriminalizó a quien consume, porque este hecho atañe a la vida privada, Por tanto, si alguien drogado llega a una fiscalía no es merecedor de la carcel sino de un tratamiento.
El tema pasa por los ámbitos de consumo: quienes salen de la facultad, de la función de cine independiente, quienes se reúnen en una casa para festejar , o se encuentran en un fogón en una playa de Gesell, guitarra en mano (¿ seguirán existiendo esas prácticas?) pueden fumarse un porro y disfrutar sin mayores consecuencias. Seguirán mañana con sus clases o su laburo o su familia. Con una vida y una construcción.

Para quien llega a la droga a los nueve años y no tiene vida que retomar, ni clases, ni fogones, ni laburo; para los que no saben ni donde se despiertan y las madres se gastan en un tour de remis lo poco que ganaron en el día, buscándolos por las villas o barrios de los alrededores. Y entonces esas mujeres no saben qué hacer, son asesoradas por la cana, la única institución que encuentran para recurrir. Suelen ser aconsejadas para que ellas mismas denuncien a los pibes , que entonces son encarcelados o internados en algún lugar en el que nada se logra cambiar.Un depósito de almas perdidas, un trámite más.

Por eso ya que damos este paso adelante y la sentencia se presta para la broma y el festejo de los que salen de la facu o de la reunión de amigos , demos otros muchos más, que en ciertos ámbitos falta bastante por hacer.

Necesitamos presencia estatal que de respuesta y guíe a familia y maestros

Necesitamos institucionalizar y legalizar esa asesoría, que no quede en intentos pilotos o secretarías inventadas por algún gobierno de turno.

Se necesita la construcción de un sistema de salud que salve , que salve , que salve y ayude a nuestros pibes. Profesionales bien pagos que no se tomen dicho esfuerzo como pasaje o un renglón del currículum , sino como meta.

Si todos sabemos dónde se vende y dónde se consigue, estaría bueno terminar con los tranzas, la cana corrupta y el aparatejo que los cobija. Suena imposible.

Para el adicto burgués existen los mejores centros de avanzada. Para el villero, con suerte, un reformatorio .

Junto con la ley, por favor, los mejores lugares de rehabilitación, y las mejores instiuciones para los barrios pobres.

Tengo la leve sensación que el flaco inteligente, con su discurso de derecha o de izquierda y sus neuronas trabajando a pleno, ve la vida de un pibe chorro y la lee por Crónica , alimenta un mito de la fauna conurbana. Pero ojo, esta es apenas mi humilde sensación.

domingo, 23 de agosto de 2009

Pecando de crédulos II o Los de traje y corbata tienen el cielo ganado


Pecaré , también de insistente, pero es casi imposible no detenerse a reflexionar, después de ver ,leer, escuchar tanto acerca de Cromagnon y del fallo. Y entonces a pocos días me llega la noticia de que luego de casi ocho años ,culpan a cinco policías por encubrir y falsear documentos en la causa Pocho Leptratti ,que ocurrió allá por Diciembre de 2001, y los condenan a dos años de prisión; ya el autor material del hecho fue sentenciado a 14 años en el 2004.

Pero el responsable político, que dio el aval para reprimir, para gatillar, no ha recibido condena , es más , es candidato y se mueve en el tablero político sin culpas y hasta con firmes perspectivas presidenciales.

Ocurre lo mismo con los funcionarios nacionales que permitieron la masacre de Avellaneda y aún se pasean con aires de salvadores, haciéndose rogar en su vuelta, como si fueran divas decadentes que amenazan con volver o irse.

Y Río Tercero, que largamente espera luego de catorce años un juicio oral y público,
justicia,
y culpables.
Y funcionarios culpables .
Y un pueblo que recuerde que esos señores son culpables , aún con carismáticas sonrisas y fotos de revista.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Pecando de crédulos


Podrán decirme que los casos más complejos tienen otro devenir, la lentidtud de la pesadez de los folios que integran gruesos expedientes los harán eternos, tristemente eternos como los de la Amia y los de Cromagnon. Podrán querer justificarlo, dar explicaciones , pero esperar quince , cinco o siete o treinta años para sentir que se ha realizado justicia, es casi no tenerla.

Lo que no entiendo, decía, es la diferencia entre algunos casos y otros; la prestancia, la resolución , la avidez por resolver. Y me remito explícitamente al caso tan expuesto del oficial Garrido, tan mostrado y seguido desde la pantalla de los medios. El hecho ocurrió en febrero y ya en junio se llegó a juicio oral. Me consta la rapidez con que la policía actúo, buscando en jardines de infantes de la zona, donde pretendía entrar sin la debida orden de allanamiento. Se investigó y se logró. No quiero pensar que porque el victimario era un pobre perejil o la víctima un policía , los pasos de la señora con balanza fueron certeros y expeditivos.

¿Cómo ponerse en los zapatos de quienes hoy recibieron la sentencia ? Tantos dolores juntos que convergen: la muerte, la espera , el fallo ambiguo; los pasos de quienes salen caminando del recinto y seguirán guitarreando y el silencio perpetuo de los que alguna vez, cuando podían bailar y soñar,los admiraban.

El incendio a Cromagnon,ocurrió hace siete años .
La explosión a la Embajada de Israel, diecisieta años; está impune.
AMIA, quince años, también impune.
El caso García Belsunce, siete años.
Walter Bulacio, diecisiete años, con intervención de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.
Kosteki y Santillán: los responsables políticos siguen impunes.

Miles de casos de lesa humanidad siguen esperando llegar aún a juicio . Y han pasado más de treinta marzos.